Translate

No te escondas

Son las 8:15 de la noche, Alejandra está echada en su cama, tiene las manos cruzadas y apoyadas sobre su pecho, mira al techo, y piensa en su novio. Lo extraña mucho, ya han pasado tres días desde que él se fue de viaje, y aún no la ha llamado. Ella sabe que él está bien porque se lo ha dicho su familia, sin embargo Alejandra sabe que la relación con su novio ya no es la misma de antes. Llevan un año juntos, pero desde hace un buen tiempo las cosas empezaron a cambiar.

Alejandra y Carlos se conocieron en una fiesta, ambos tenían veintidós años. Dos meses después decidieron ser novios. Los dos estuvieron muy contentos los primeros meses; Carlos la llevaba todas las mañanas a la universidad, y después se iba a trabajar. De vez en cuando, Alejandra recibía un ramo de rosas, chocolates o una tarjeta. Y cuando se podía, él salía de su trabajo, la recogía de la universidad y se iban juntos a comer. Alejandra también tenía detalles con su novio, le escribía cartas, le cantaba sus canciones favoritas, le preparaba algún postre, y siempre que lo veía, lo saludaba con un gran beso en los labios.
Los dos se demostraban a cada instante, lo mucho que se querían. Se mandaban mensajes de texto con frases dulces, cuando hablaban por el móvil, la emoción rebosaba, y algunas noches, se comunicaban mediante videollamadas.
Alejandra salía de vez en cuando con sus amigas, se iban a tomar un café, al cine o se reunían de noche para tomarse unos tragos.
Por otro lado, Carlos se iba con sus amigos a jugar póker en casa de alguno de ellos, a jugar fútbol, o se iba a veces a tomarse unas copas con sus colegas.
Todo parecía estar bien, ambos se creían perfectos, teniendo al novio perfecto y siendo su relación, perfecta.

-Amor, nos vemos hoy en la tarde?
-Uy amorcito, lo que pasa es que ya quedé con mis amigas para ir al cine.
-Pero mañana no vamos a poder vernos amor, tengo mucho trabajo.
-mmm está bien amor le diré a mis amigas que ya no puedo, a qué hora nos vemos?

Aquello se volvió común entre los dos, hasta que un día:

-Amor, hoy nos veremos no?
-Amor, hace tiempo que no salgo con mis amigas, me dijeron para ir a comer hoy y yo les dije que sí iba ir.
-Pero amor, tu sabes que de aquí a un par de días no nos vamos a ver.
-Lo sé amor, pero hace ya varias semanas que no veo a mis amigas.
-Amor, yo soy tu novio.
-Está bien, pero si yo estoy dejando de salir con mis amigas, tu también lo harás no?
-Sí amor, además, con la única que quiero salir, es contigo.
-Que lindo! Está bien amor, nos vemos hoy.

Los dos dejaron de salir con sus amigos, y a pesar de ello, todo parecía seguir bien.

-Hola amor! Cómo estás? Qué tal tu día?
-Bien amor, cansada de tantas clases y tú?
-También cansado, tu sabes, mucho trabajo.
-Sí, me imagino.
-Amor no sabes! Ayer me escribió una amiga del colegio, de la que no sabía hace tiempo, me preguntó cómo estaba y todo eso.
-Ah qué bueno! Pero, si te escribió ayer. Por qué me lo cuentas recién?
-Se me pasó amor.
-Tú siempre me cuentas todo, qué pasa. Te gusta tu amiga, o qué?
-Amor, qué estás hablando! Te dije que se me pasó, y cómo me va a gustar! Es una amiga del colegio, estudié con ella desde que tenía cinco años.
-Es que como no me contaste, no sé ah, deberías contarme todo, y no me parece que te haya escrito. Y por cierto, por qué tienes tantas chicas en tu facebook?

Con esto último, los dos decidieron no tener tantos amigos en sus cuentas de facebook, Carlos eliminó a casi todas sus amigas y al mismo tiempo le dijo a Alejandra que lo justo era que ella también lo haga, así que ella también eliminó a casi todos sus amigos.

La relación se volvía cada vez un poco más pesada, si no se avisaban las cosas al instante que “debía” ser, se molestaban. Si Alejandra veía que en el facebook de su novio decía: “Carlos y (el nombre de una mujer) ahora son amigos”, ella se enojaba y le preguntaba quién era. Lo mismo pasaba en el caso de Carlos.

- Amor y ese shortcito?
-Te gusta? Es lindo no?
-Sí amor, pero se te ven las piernas.
-Pero estamos a 30 grados amor, no voy a usar un pantalón, no?
-No sé amor, muchos te están mirando.
-Y qué quieres que haga, hace calor!
-Te gustaría que a mí también me miren?
-No…bueno, entonces no quieres que use short?
-No quiero que uses nada corto, no shorts, no faldas cortas, no polos de tiras, no strapless, no escotes, tú sabes, nada corto.
-Pucha, tendré que comprarme ropa nueva, está bien. Pero tú tampoco uses shorts entonces.
-Yo no uso shorts, yo uso bermudas.
-Nada de eso entonces.
-Está bien amor, ah y si es posible, cómprate un hábito como el que usa tu madre en octubre. Pero que te llegue hasta los dedos de los pies.
-No seas gracioso amor, tampoco tampoco..
-Era broma amor, pero hablo en serio, nada corto, a menos que lo uses cuando solo te vea yo.

Alejandra empezó a vestirse totalmente diferente a como lo hacía antes, lo cual agradaba a Carlos. Pero a pesar de ello y todas las demás reglas que se habían impuesto, siempre discutían por algo.
Los dos estaban totalmente controlados, no salían con sus amigos, se comunicaban a cada segundo para saber qué era lo que estaban haciendo, usaban ropa que no querían, etc.
Carlos ya no le enviaba detalles, Alejandra tampoco, y las veces que hablaban por el móvil, los dos se ponían serios, y se podía sentir la tensión. Todos los días había una pelea, se gritaban, se insultaban, lloraban, y a pesar de ello seguían celebrando cada aniversario, esperando a que por lo menos ese día sea diferente.

El mismo día que cumplían un año, ambos decidieron ir a cenar. Se fueron a un restaurante frente al mar; por dentro todo era oscuro, solo lo iluminaban las velas que posaban sobre las mesas. Todo parecía estar bien, sin embargo, al momento de brindar, Carlos le dice que no deberían hacerlo. Ella le pregunta, por qué, a lo que él responde:

-Se brinda por algo que realmente amerita celebrar.
-Y acaso nuestro aniversario no es motivo?
-Claro que lo es, pero te has dado cuenta de los meses que hemos pasado?
-Sí...
-Bueno, tanto tú como yo sabemos que hemos cambiado, y no para bien, sino todo lo contrario. La emoción que había antes en nuestra relación era increíble, pero ahora peleamos todos los días, yo te grito, tú me gritas, tú lloras, yo…también. Y eso quiere decir que algo está mal. Yo te amo y mucho, pero no sé qué está pasando.
-Yo también te amo mucho, creo que podríamos arreglar las cosas y seguir para adelante, no crees?
-La verdad, no lo creo. Mira amor, digo Ale. Perdóname que te diga esto justo el día de nuestro aniversario, pero creo que debemos tomarnos un tiempo. Me voy a ir de viaje, en serio necesito un tiempo para pensar. Sé que tú también, así que creo que eso es lo mejor.

Alejandra recuerda todo esto con lágrimas en los ojos, no sabe por qué las cosas cambiaron tanto, el amor entre ellos era muy grande, pero lamentablemente, poco a poco se fue convirtiendo en un amor posesivo.
Se siente triste, sin embargo rechaza la idea de quedarse con los brazos cruzados. Decide llamarlo, no le importa si él no quiere hablar, pero ella sí tiene algo que decir.
Toma su móvil y marca el número de Carlos.

Este es un mensaje de claro, si desea deje su mensaje en la casilla de voz.

Hola Carlos, ¿te acuerdas de mí? Supongo que sí. Han pasado tres días desde que te fuiste de viaje, me enteré por tu hermano que te encuentras bien. Sabes, hace un momento estuve pensando en ti. Me acordaba del cumpleaños de Pamela, ¿tú lo recuerdas?, así es, la fiesta en donde te conocí. Yo estaba sentada tomando un trago, tú te acercaste con las manos en los bolsillos y me preguntaste si te podías sentar a mi costado, estabas rojo. Esa noche, cuando nos pusimos a conversar, mencionaste algo que realmente me agradó. Dijiste que habías tenido muchos problemas en tu vida pero que a pesar de ello no te dejabas vencer nunca porque te gustaba tal y cual era. Que todo lo que te había sucedido te sirvió para aprender y de alguna forma, ser mejor. Yo realmente, no pensaba así, amaba la vida que tenía, pero cuando había algún problema, lo esquivaba, prefería darle la espalda y pensar que todo seguía igual. Sin darme cuenta, aquellas cosas se volvían cada vez más grandes, pero a mí no me importaba, según yo, ya iban a pasar.
En estos doce meses que estuve contigo, seguí haciendo lo mismo. Me daba cuenta que poco a poco tú y yo de alguna manera nos íbamos alejando, pero a pesar de ello, me tapaba los ojos, no lo quería creer, lo nuestro había empezado tan bien que me daba miedo pensar que en algún momento tú te ibas a marchar, como ahora. Por pensar así y hacer cosas que creía yo que estaban bien, se arruinó todo. Tú me decías que yo haga esto y lo otro, y yo hacía lo mismo; y gracias a esas “reglas” tontas que parecían unirnos más, lo nuestro terminó así.
No te digo todo esto para que regresemos si es que lo crees así. Lo hago para que sepas que a partir de ahora no me esconderé más de los problemas, amo mi vida, y no sé cuando se vaya a acabar, por eso quiero disfrutarla al máximo, enfrentando lo que venga, porque de eso se trata. Y a ti Carlos, también te amo. Me enamoré de ti como no te imaginas, y ¿sabes qué?, lo último que quiero hacer ahora es escapar de esto, tú eres parte de mi vida, y los problemas que pudieron haber, no son para evadirlos, son para enfrentarlos cómo tú algún día me lo enseñaste.
Cuídate Carlos. Te amo

No hay comentarios:

Publicar un comentario