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Entro, me siento en la última fila del salón y miro a mi alrededor. Me gusta mucho mi clase, hay una gran variedad de personas, todos son muy diferentes, tienen actitudes distintas, usan ropa distinta, hablan distinto, etc. He aquí las categorías:

El popular: Todos saben su nombre, el profesor lo adora, siempre le sonríe y le da puntos solo por estar presente, seguramente el profesor cuando era joven también fue popular y se siente muy identificado.
Tiene la costumbre de alargar las palabras, por ejemplo: “hooooola”, “que taaaaaaal?”, “freeeeeeesh”,”paaaaaja”.
Se sienta siempre con sus mejores amigos y hablan sobre algún tono. Su forma de vestir llama la atención, ni bien cruza la puerta, todos voltean a mirarlo, en ese instante, él pasa su mano por la cabeza para peinarse y le sonríe a todos. A quienes conoce más, les guiña el ojo.

La coqueta: Siempre se viste con algo que resalte, ya sea un polo colorido, una falda corta, unos zapatos de taco alto o alhajas brillantes. Generalmente lleva el cabello suelto para moverlo al son de su cabeza, nunca va con el cabello atado, las pocas veces que lo hace, es cuando dice “ay, que calor”, y es en ese momento cuando todos los chicos voltean y ella empieza a amarrárselo muy lentamente. (semejante a una película).
Le gusta pedir ayuda para cualquier cosa, finge no entender a la primera para que se lo repitan una y mil veces más. Al momento de hablar, intenta ser delicada, y es por eso que acompaña cada palabra que sale de su boca con un pequeño suspiro..”hhhay!”, “¿Qué es estohhh?”. “Entiendes algohhh?”, “Yo no se nadahhhh!”

El aislado: Su asiento, cualquiera de los de atrás. No habla con nadie, si le preguntas algo levanta ligeramente la cabeza y te muestra un ojo, con eso dice todo: “no me hables”. Es el último en llegar y el primero en salir. Cuando se dirige a la pizarra, todos se callan, el silencio es sepulcral. El profesor parece tenerle miedo; si lo que este alumno hizo en la pizarra estuvo bien, pues…está bien, y si estuvo mal, también está bien. Su voz se ha escuchado una vez en todo el ciclo, el primer día de clases, cuando el profesor tomó lista y el dijo “presente”, desde ese día, no se le volvió a oír; repito, el profesor le tiene miedo.

La “sabelotodo”: Así es, la “sabelotodo” porque responde a todo lo que le pregunten, sin embargo, todo está mal. Siempre pasa lo mismo, el profesor pregunta una cosa, ella responde, y siempre se equivoca. A veces no piensa lo que dice o no es consciente de lo que responde, y es por eso que a veces da risa y hace más amena la clase. Cae “bien”.

El chancón: Una vez que responde la “sabelotodo”, el chancón la corrige. El no lleva mochila, usa maletín. Si hay algo que no apuntaste, no te preocupes, él lo tiene en su cuaderno. Su letra es rara, pero es súper organizado. Muchas veces discute con el profesor, dice saber más que él. Cuando el profesor dice. “hay un 20”, todos ya saben de quién es. Sin embargo, hay veces que cuando entregan algún examen y justo lo llaman a este alumno, el lo recoge, va a su asiento y suelta un “cha mare”; es porque se sacó un 19.9.

El chonguero: Siempre tiene algo ocurrente que contar, ya sea un chiste o alguna experiencia divertida. Todo de él da risa, la forma en que se viste (combina “muy bien” su ropa), la forma en que camina, como habla, como se ríe, etc. Cuando falta, la clase se vuelve un poco más monótona, hay personas que intentan reemplazarlo pero no les sale, esos son los chongueros sin gracia.
Si estás triste, deprimido o aburrido, siéntate al lado del chonguero; pero si quieres atender a la clase, siéntate lo más alejado posible a él.

El loro: Habla y habla y no para de hablar, no es recomendable sentarse a su costado, hazme caso, no lo hagas!. En tan solo una hora de conversación con él, ya sabes toda su vida. Y lo más gracioso es que él no te escucha, pero si le gusta que lo escuches.
Suele faltar a las clases, y el día que asiste, se acerca al profesor y le cuenta cada detalle del por qué faltó, eso es bueno para algunos, ya que el profesor empieza más tarde la clase, pero no para el chancón.

La sobrada: Mayormente es una chica bonita, se arregla bien y se pone un perfume fuerte para llamar la atención. Sin embargo, cuando alguien la saluda, ella no dirige ni la mirada. Casi siempre se sienta al frente del profesor, es el único al que mira. Si amablemente le pides prestado algo, ella te dice: “nop” sin siquiera mirarte. Y si le dices “sobrada”, ella te responderá “may”.
Ella y el aislado son los únicos que no se ríen con los chistes del chonguero.

Existen muchas categorías más, ninguna es mejor que otra, todas son iguales.

Es así que, sin darnos cuenta, todos traemos pegada en la frente una "etiqueta imaginaria" que dice mucho de nosotros, y es eso lo que nos hace a cada uno, personas especiales ante los ojos de los demás.

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