Cuando algo se termina, es un capítulo que se cierra, y para
mí, cada capítulo, es como un cuento; dividido en inicio (introducción), desarrollo
(nudo) y final (desenlace). Mi libro, aquel que escribo imaginariamente
conforme voy creciendo, a pesar de ser de corta extensión, ha tenido muchos
capítulos. Hace poco cerré uno, posiblemente, un poco antes de cumplir veinte.
Qué mejor que empezar uno nuevo justo en ese momento.