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Amigos de casualidad y ¿Por internet?


S. se encontraba aburrida en su casa. No tenía nada que hacer, nadie con quién hablar, nada de nada. Su único plan era estar sentada frente a su laptop y navegar por internet, buscar cualquier cosa que la distrajera, algo interesante y/o divertido. En una página que había visitado, salía el anuncio de un sitio web en donde se podía conocer gente.
Era una típica página que alentaba a las personas a crearse una cuenta para “entablar amistad” con otros usuarios de cualquier parte del mundo. El anuncio le causaba curiosidad a S. –Quizás encuentre a alguien con quien pueda hablar un rato. Total, no tengo nada que perder.- pensaba ella. Así que hizo click en la publicidad.
Una vez que se creó un usuario, completó su perfil y subió un par de fotos, esperó...
“Ring ring” escuchó. Era el aviso de que una persona quería comunicarse con ella por medio de una ventana de chat. Era un hombre, un hombre mayor por lo que se podía ver en la foto. S. entró a su perfil para ver más detalles como su edad, nacionalidad, intereses, etc. y se llevó con la sorpresa que era un italiano de sesenta años, con tres hijos y que, en una parte de su descripción, había escrito:-cerco una bella ragazza che mi fa felice- (busco una bella chica que me haga feliz). Sin pensarlo dos veces, S. lo ignoró y decidió que era mejor esperar al día siguiente para ver si encontraba a alguien de por lo menos su misma edad o no tan viejo, ni con hijos, para poder conversar y reírse un rato. No le importaba si era hombre o mujer. Ella no buscaba una relación amorosa, eso no le interesaba. S. solo quería conocer a nuevas personas con las que se pudiera distraer un rato.
Al día siguiente, se había olvidado por completo de la página. Sin embargo, cuando entró revisar su e-mail, vio que tenía más de treinta correos, y todos provenían de la web a la que se había suscrito el día anterior.
Rápidamente ingresó al sitio web y empezó a ver quiénes eran  las personas que se habían interesado en hablar con ella.

- A ver este…no, no, tiene 50 años. ¿Y este otro?...47 años…tampoco. A ver el de aquí… ¡Es de mi país!¡Y también de la misma ciudad!...43 años…¡Mier**! ¡¿Por qué no hay ningún menor de 30 aunque sea?!
Casi terminando de ver la lista de solicitudes…
-… ¿26? ¡Tiene solo unos años más que yo! Y es de…. ¿China?...Ay por Dios. Bueno, seguramente habla español o inglés.
S.: Hola
Kyoko:
你好美麗的姑娘

S: Perdón ¿Podrías hablarme en español?
Kyoko:
有一些非常漂亮的照片

S: Sorry ¿What?
Kyoko:
為什麼不跟我說話,在中國美麗的小姐?
S: Lo siento. No entiendo nada. Adios.
S. no había encontrado a nadie que quisiera aún, y se resignó a no poder hacerlo más adelante. Cerró la página, canceló la suscripción para que le lleguen notificaciones al correo y se olvidó completamente de ella.
Dos meses después, navegando por internet, volvió a ver un anuncio de aquel sitio web del que aún era usuario.
 -¡Jamás cancelé mi cuenta! Seguramente tengo más notificaciones, pero de puro mayorcito nomás- se dijo a sí misma.-Voy a echarle un ojo por si acaso-.

Como S. se lo esperaba, no encontró nada nuevo, nada que sea para ella, ningún hombre o mujer de su edad. Todos los hombres y mujeres eran de cuarenta para arriba; casados, divorciados, viudos, con hijos, algunos buscaban a “una chica atrevida que tenga webcam, otros pensaban en matrimonio. La mayoría de las chicas eran lesbianas, o solo querían contarle a alguien todos sus problemas. Ninguno o ninguna era capaz de hablar sobre algún tema que no sea relacionado al “amor” o sexo. ¡Error! Algunos sí, pero S. no podía saberlo, ya que no hablaban en su idioma o por lo menos alguno que ella supiera.
-Esta página no sirve. No sé qué hago aquí. Voy a dejar de ser usuario, así me olvido de una vez de todo esto.
Casi unos  segundos antes de que cancele su cuenta…”Ring ring”.
-¡Qué lata! Justo cuando me estoy yendo...Bien, veremos quién es.
…Hombre de 25 años…Estados Unidos…Por lo que veo en sus fotos, no parece ser una persona rara. A ver, voy a hablarle…-.
S: Hi
P: Hi! ¿How are you?
S: Good. And you?
P: Fine
J
-Creo que por fín encontré a alguien...-
Desde ese día, S. y P. comenzaron a hablar más. No en el idioma que quizá ella hubiera preferido, pero si con una persona de casi su misma edad, con similares intereses a los suyos, y sobre todo, una persona que tenía cosas interesantes y divertidas que contar.
S. había estado buscando a una o más personas que la distrajeran en los momentos que estaba aburrida; no buscaba nada más. Sin embargo, sin querer queriendo, encontró a un amigo. Un amigo al que quizá nunca vaya a conocer en persona, pero que a pesar de la distancia, y una pantalla que los separa, sabe cómo sacarle una sonrisa y hacerla soñar con el día en que se vayan a ver....

2 comentarios:

  1. hay que tener mucha suerte y que el azar te conecte con un amigo realmente, hace 6 años que conoci asi jugando como tu un amigo que solo hablamos por chat vive en mi Pais pero aunque a veces hemos tenido la tentaciòn de conocernos creo que le quitaria la magia, a pesar de lo que dicen mis amigos machitas estoy segura que si puede existir solo amistad entre un hombre y una mujer....felicitaciones muy ligero y entretenido..

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    1. Claro que si puede existir, y los que pasan por eso, que seguro son millones en el mundo, pueden dar fe de eso. Mientras uno esté contento y no haga nada "malo", todo estará bien.
      ¡Gracias!

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