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La felicidad es como el tarot


La felicidad radica en seis cosas; salud, amor, familia, amistad, trabajo y dinero (el orden de los factores no altera el producto), casi como el tarot.
En la vida, no todo va a ser paz y felicidad. Casi siempre habrán problemas, momentos de desdicha, y serán esos los que nos sacarán a todos de la gran monotonía.
Lo ideal es llevar un equilibrio entre las seis cosas mencionadas anteriormente. Si sabes hacerlo, entonces realmente comprendes lo que significa llevar una buena vida.


Salud: Sin salud, no puedes hacer nada, o tal vez sí, pero corres el riesgo de empeorar cada vez más; depende de qué tan grave estés o no de salud. Cuando estás enfermo, la gente se sensibiliza contigo; “pobrecito(a)” dicen. Puede ser que te hayas enfermado por tu culpa, como puede que no. Si es lo segundo, en mala hora, a echarle ganas y a recuperarse nomás. Pero si es lo primero, no sé qué decir, tú ya sabes lo que debes hacer. En ninguno de los casos debes dejar que te digan “pobrecito”. Sé fuerte y demuéstrales que tienes salud para rato. Si quieres ser feliz debes luchar por lo que quieras conseguir, y si no tienes salud, no podrás hacerlo. Cuídate bien. No comas de más y tampoco dejes de comer. Evita las cosas que le hacen daño a tu organismo. No reniegues mucho y aleja a las personas que te hacen renegar. De vez en cuando pide que te hagan cosquillas o que te cuenten un chiste, reírse previene el cáncer. Dale un ejemplo de buena salud a todos los que te rodean para que ellos también puedan disfrutar de la suya. Abre bien los ojos para que no te contagies de alguna cosa. Tú decides si salvar tu salud ahora o no, mañana puede ser tarde.

Amor: Cuando tienes amor, lo tienes todo. Si recibes amor, en buena hora, pero si no es así, no te preocupes, lo importante es que tú se lo des a los demás. Puedes darle amor a tu familia, a tus amigos, a tu pareja, a tu mascota, y algunos quizás hasta a un objeto, pero lo importante es que sientas que lo estás haciendo. Muchas veces decaemos cuando una persona a la cual le tenemos bastante cariño, se aleja de nuestra vida; es normal. Es más, está bien llorar una, dos, tres veces, pero no más. Como dicen por ahí; “por algo pasan las cosas”. Hay millones de personas en el mundo esperando ser queridas y amadas, y no por una vas a dejar de entregar eso tan lindo que guardas dentro de ti. Claro está que nadie ocupará ese lugar, eso es obvio, pero es por eso que tu corazón es tan grande y aún tiene espacio de sobra; lo sé.
Lo bueno del amor es que, al mismo tiempo que tú eres feliz, también estás haciendo feliz a otros. Así que ya sabes, no dejes de impartir ese sentimiento a todos los que puedas, y mira bien a tu alrededor, porque hay alguien por ahí que te está amando también.
Familia: La familia está conformada de aquellas personas que “sin querer queriendo”  se fueron sumando al gran seno familiar. Tú no los elegiste, pero ellos si a ti. O quizás tampoco fue así, pero la idea es que el destino quiso que tú, Pepito o Pepita Pérez, formes parte de esa familia. Puede que te sientas diferente a todos, miras tu árbol genealógico y dices “ninguno es como yo”, y es cierto, nadie es como tú; cada uno tiene sus cosas. Si tienes hermanos y te llevas bien con ellos, genial; pero si te llevas mal, no sería algo extraño. En la actualidad es común que haya discrepancias entre hermanos. Siempre está el hermano mayor que se jacta de haber nacido antes y que debido a eso tiene privilegio en todo; así como el más pequeño, el menor, el engreído; como los papás lo consienten tanto, él se aprovecha de eso e intenta salirse siempre con la suya.
Con hermanos o sin hermanos, varias veces te sientes incomprendido porque tus padres no te dejan “tranquilo” y no comparten tus mismos ideales. Ya están viejos, son muy conservadores, se molestan de todo, no te dejan salir, no quieren que fulanito(a) sea tu amigo(a), te controlan mucho, no te escuchan, etc. Si piensas eso, chócatela. Yo he pensado esas cosas y más. Aún lo hago de vez en cuando, pero llegué a la conclusión de que ellos son así y no hay más que hacer. Tú no puedes cambiar a tus padres, felizmente o lamentablemente es su forma de ser, así como tú también tienes tu forma de ser y quizá ellos no siempre te lo dicen. Debes intentar llevarte lo mejor posible con tu familia, no solo con padres y hermanos, sino con todos, abuelos, tíos, primos hermanos, primos políticos…
No vas a encontrar la familia perfecta, pero si la que sabe llevarse bien a pesar de sus diferencias. Evita las discusiones, lo digo por experiencia. Es lo peor que puedes hacer, al final te sentirás mal porque lo único que harás es llevarte “menos bien” con todos. Si algún miembro de tu familia te grita o te lastima con algo que dijo, calla; hay una frase que dice: “Es más inteligente el que tolera que el que grita”; cuando todo esté más calmado, grítale tú primero, no mentira, dile lo que sientes. Si sabes llevarte bien con tu familia haciéndote escuchar y escuchando tú a cada uno de ellos, todo te irá mejor. Te sentirás bien contigo mismo y sabrás que a pesar de todo, tu familia siempre estará ahí para lo que quieras.
Amistad: Como dije antes, tú no eliges a tu familia; pero a los amigos sí, y eso es lo bonito de la amistad. Basta con tener un buen amigo para que seas feliz. Lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Hay personas que tienen muchísimos amigos; en buena hora si todos ellos serían capaces de donarles un riñón a su popular amigo(a) cuando este lo necesite. No hay por qué sentirse “menos” si es que tú tienes 45 amigos en Facebook y la otra persona más de 2000. Debe ser que tus demás amigos aún usan Hi5. Es broma. Deja a los demás con sus infinitos amigos, si tú eres feliz con la gran amistad que tienes con los tuyos, no tienes de qué preocuparte.
No hay nada mejor que tener a una o más personas con las que puedes compartir tus cosas, tus secretos, tus alegrías, tus penas. Un verdadero amigo siempre te ayudará en lo que necesites. Si te falta dinero, te prestará. Si estás ebrio y necesitas que te recojan de algún lugar, él/ella irá. Si quieres jugarle una broma pesada a alguien, será tu cómplice. Si estás triste porque tuviste una decepción amorosa, te consolará. Y si estás contento porque tuviste algún logro, celebrará contigo. Un amigo siempre será parte de tu vida y te dará ese gran apoyo que necesites para llegar a la felicidad.
Trabajo: Si trabajas en algo que realmente te hace sentir cómodo, te sentirás realizado, contento. Cuando uno hace algo que le gusta, se siente bien, y se auto-motiva para la próxima vez hacerlo mejor y así sucesivamente. Pero si una persona es infeliz con su trabajo estará quejándose constantemente, y no solo se perjudicará el mismo, sino también su entorno.  Siempre es bueno buscar lo que a uno más le conviene, sobretodo en el aspecto emocional.
Tener un trabajo de cualquier tipo te hace ser alguien en la vida. Sabes que lo estás haciendo porque te gusta, porque lo necesitas hacer o porque alguien más lo necesita, es decir, un trabajo trae ganancias económicas, y son esas ganancias las que se requieren.
Tampoco debes ocupar todo tu tiempo en el trabajo, es bueno que te tomes un momento para ti, tu familia, tus amigos y/o tu pareja.  No hay nada más bonito que tener un trabajo que te haga feliz y te dé tiempo para seguir teniendo otras pequeñas alegrías más.
Dinero: Dicen que “El dinero no hace la felicidad”, pero yo creo que sí. No nos podemos engañar y decir que si no tuviéramos dinero podríamos ser igual de felices porque no es cierto, son falacias. Si no tuvieras dinero, tampoco tendrías salud. Y si no tuvieras salud, ya sabríamos lo que te pasaría. ¿Qué sería de tu familia? ¿Qué sería de tus amigos? ¿Qué sería de todo eso que era parte de tu vida? Es por ello que el dinero juega un papel muy importante cuando se habla de felicidad. Por otro lado, ¿Cómo podrías darte tus gustitos sin tener con qué pagarlo? No podrías comprarte un buen lugar en donde vivir, tampoco el carro que tanto quieres; no tendrías ropa con qué vestirte, y tampoco la TV Plasma 3D de 50 pulgadas para ver tus partidos de fútbol o las novelas que te gustan.
Si no te importa comprarte nada con el dinero que tienes porque aún crees que no sirve y eso no hace la felicidad, de todas formas podrías donarlo para los que sí lo necesitan, y ahí te darás cuenta realmente que ese dinero sí hará felices a otros.
Tampoco vivas solo del dinero, si lo único que te va a importar es eso, te volverás una persona egoísta y desagradable para los demás. Alejarás a todos y te hundirás en tu propia desgracia.
Ten todo el dinero del mundo, si quieres, pero no vivas solo para eso.

"Nadie es responsable de tu felicidad, solo tú" (Regina Brett).

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