Sofía
-Te
tengo una sorpresa, estoy seguro que te encantará- dijo D.
-¿Qué es?- preguntó Sofía.
-No te lo puedo decir, pues. Es una sorpresa. Pero necesito que pidas permiso para quedarte conmigo de sábado a domingo.
-¿Quedarme? ¿A dormir?
- Sí
-¿Qué es?- preguntó Sofía.
-No te lo puedo decir, pues. Es una sorpresa. Pero necesito que pidas permiso para quedarte conmigo de sábado a domingo.
-¿Quedarme? ¿A dormir?
- Sí
-Ya,
veré qué es lo que puedo hacer.
Sofía
le pidió permiso a su padre. Le dijo que se iba a quedar a dormir en casa de Teresa,
su mejor amiga. Él accedió.
Casi
a las 5:00PM, Sofía tomó su mochila llena de ropa, se la puso en la espalda, y
entró a la habitación de su madre para despedirse.
-Ya me voy, ma.
-¿A dónde te vas?- preguntó Verónica, la hermana de Sofía, que también estaba dentro de la habitación.
-Se va a su pijamada en la casa de Tere- contestó Liliana, su madre.
-Sí-añadió Sofía.
-Sí claro…-dijo su hermana, con tono sarcástico.-Ya, anda nomás.
-Ya me voy, ma.
-¿A dónde te vas?- preguntó Verónica, la hermana de Sofía, que también estaba dentro de la habitación.
-Se va a su pijamada en la casa de Tere- contestó Liliana, su madre.
-Sí-añadió Sofía.
-Sí claro…-dijo su hermana, con tono sarcástico.-Ya, anda nomás.
-Ok,
chau ma. Chau Vero.
15
minutos después, Sofía se encontró con D. en donde habían acordado.
Ambos se subieron a un taxi.
Ambos se subieron a un taxi.
-¿Estás
lista para tu sorpresa?- preguntó D.
-¡Sí!- exclamó ella.
-Ya,
ahora déjame ponerte esta venda sobre los ojos.-¡Sí!- exclamó ella.
-¿Para qué?
-No quiero que veas a dónde vamos. Si no te darás cuenta muy rápido.
-Está bien.
Luego
de 20 minutos…
-A ver, Sofía, baja con cuidado. Muy bien.-dijo D. una vez que llegaron.-Aquí tiene, señor. Muchas gracias.
-¿Ya me puedo quitar la venda?- preguntó Sofía
-Yo te la quito…
-Wooooooooooooooooow....-dijo Sofía, boquiabierta.-A ver, Sofía, baja con cuidado. Muy bien.-dijo D. una vez que llegaron.-Aquí tiene, señor. Muchas gracias.
-¿Ya me puedo quitar la venda?- preguntó Sofía
-Yo te la quito…
Estaba fascinada con lo que estaba viendo. Siempre había querido ir, pero nunca
tuvo la oportunidad de hacerlo. Y ahora estaba parada frente a él y además iba
a pasar la noche ahí.
Era uno de los hoteles más bonitos, caros, y conocidos de la ciudad. Un pequeño capricho de Sofía que D. sabía, y se lo iba a cumplir.
Era uno de los hoteles más bonitos, caros, y conocidos de la ciudad. Un pequeño capricho de Sofía que D. sabía, y se lo iba a cumplir.
-Gracias.
Eres increíble.- dijo Sofía, lanzándose a los brazos de D.
-Nada,
no tienes por qué agradecer. Lo hago para que sepas lo mucho que te amo y lo
feliz que quiero hacerte.-añadió él.
Ambos
entraron con sus cosas y se registraron en recepción.
-Muy bien. Sean ustedes cordialmente bienvenidos. Aquí están sus tarjetas para la habitación. Si gustan, sírvanse a pasar al bar para su cocktail de bienvenida.-dijo la recepcionista del hotel.
-Muchas gracias, señorita-dijo D.- Amor ¿Vamos al bar?
-¡Ya!-
contestó Sofía, con una gran sonrisa en el rostro.-Muy bien. Sean ustedes cordialmente bienvenidos. Aquí están sus tarjetas para la habitación. Si gustan, sírvanse a pasar al bar para su cocktail de bienvenida.-dijo la recepcionista del hotel.
-Muchas gracias, señorita-dijo D.- Amor ¿Vamos al bar?
Tomaron
un trago cada uno, el mejor del lugar. Luego se pidieron otros dos, y una vez
que terminaron, subieron a su habitación. 1305
D.
abrió lentamente la puerta y Sofía ingresó sutilmente. Había rosas verdes
repartidas por todo el cuarto; estaban sobre el sillón, en el armario, sobre el
escritorio, sobre la cama, y en el baño. Ella fue recogiendo una por una hasta
juntar las 20.
-20
por el día de nuestro aniversario, y verdes porque sé que ese es tu color
favorito.-le dijo D. a Sofía en el oído.
-No tengo palabras para agradecerte-contestó ella, mientras soltaba un par de lágrimas.
-Espera…hay
algo más- dijo él, colocándole un collar de plata alrededor del cuello.-No tengo palabras para agradecerte-contestó ella, mientras soltaba un par de lágrimas.
-Ahora sí te pasaste…
******
Subieron
por el ascensor hasta el piso en donde se encontraba la piscina. Era un
ambiente no tan grande, acogedor y tranquilo. Parecía un sauna, por el piso
hecho con tablillas de madera. Había tumbonas alrededor y mesas con adornos
encima. La piscina estaba al medio, no era tan profunda, pero sí muy grande.
D. llamó a un mozo para que le traiga unos jugos, y mientras Sofía y él esperaban, aprovecharon para meterse a la piscina.
D. llamó a un mozo para que le traiga unos jugos, y mientras Sofía y él esperaban, aprovecharon para meterse a la piscina.
-Qué
rica está el agua- dijo Sofía-Hace tiempo que no me metía a una piscina ¿puedes
creerlo?
-¿En
serio? ¿Por qué?- preguntó D.
-Porque
no me gusta. Me da vergüenza que me vean en ropa de baño, pero contigo es
distinto, y me siento cómoda.
******
Bajaron
al bar del hotel, y se encontraron con el amigo de D. y su novia. Sofía se
pidió un cuba libre; D., un whisky; su amigo, un vodka; y su novia, un tequila.
-Brindo por esta noche tan especial- dijo D.
-¡Salud!- dijeron los demás, chocando copas entre todos.
******
-Me
muero de sueño- dijo Sofía, mientras se ponía la ropa de dormir.
-¿Ya vas a dormir?- preguntó D.
-Sí, estoy demasiado cansada.
-Está bien. Descansa.
-¿Ya vas a dormir?- preguntó D.
-Sí, estoy demasiado cansada.
-Está bien. Descansa.
Sofía
se echó a un lado de la cama, encogió las piernas como siempre solía hacer
antes de dormir, y poco a poco se fue quedando dormida.
No pasó ni media hora, y ella se comenzó a
despertar lentamente. Cuando tuvo los ojos totalmente abiertos, notó algo en
frente suyo que, minutos más adelante, la haría pasar la noche más larga,
triste y desagradable de su vida.
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