El nacimiento de Fernanda
Aquí la historia.
Yo fui a mi control cómo siempre y ya con mi cesárea programada para los primeros días de mayo.
Faltaba 1 mes para ese día, pero en la consulta, el dr vio que estaba con contracciones, pero yo no podía tener parto natural así que me debían hacer una cesárea de emergencia. Ya les conté que estuve en un albergue, así que una de las trabajadoras qué me acompañaba ese día (S), hacia el papeleo. Yo estaba echada en una camilla, esperando. Se acerca el dr y S. al lado , y me dijo que no estaba asegurada y tenía que irme y dar a luz en otro lugar. Tuve que vestirme de nuevo, con más contracciones, adolorida, sin equilinrio por mi condición, bajé de la camilla y me senté en la silla de ruedas.
Casi 2 horas de camino para llegar a ese otro hospital para que me vean y digan que ahí tampoco podían atenderme y debía regresar de donde venia porque se habían equivocado.
La verdad que yo no daba más con los dolores y las contracciones porque encima el doctor del hospital anterior y de ese hospital me hicieron tacto para revisarme Y eso hacía que yo tenga cada vez más contracciones.
S. llamó e hizo todo lo que pudo para que yo no tenga que regresar y pueda quedarme ahí pero no había opción y dijeron que hay un lugar parecido pero que es especialista en atender cuatro cesáreas como las que iba a tener. Todo bien, pero eran otras dos horas de camino y finalmente llegamos a ese dichoso hospital donde gracias a Dios sí me atendieron.
Estuve recostada en una camilla y me hacían todo el pre operatorio pero las personas que atendían ahí (enfermeras) me hablaban de manera muy fea, me daban sus comentarios despectivos que prefiero no repetir, pero me trataron muy mal, solo hubieron dos que si me trataron bien.
Llegó el momento de mi cesárea y subí a piso, el personal no me hablaba pero se veían buenos, y sobre todo el anestesista qué estaba feliz. Le dije que, por favor, me ponga anestesia raquídea que con esa me va mejor y así lo hizo.
En la operación, no me puedo quejar, todo estuvo muy bien y fueron muy amables conmigo pero cuando nació la bebé, la escuché llorar y se la llevaron, ni siquiera le pude ver la cara, pero me dijeron que tenía buen peso(3.200), que estaba muy bien, que para tener 36 semanas, estaba grande y sana, no iba a necesitar incubadora ni nada.
Me alegro saber eso aunque no la pude ver. Bueno, cuando termino mi cesárea, pasé a la sala de recuperación en la que estuve dos horas, y luego pasé a mi habitación, y pensé que iba a ver a mi hija, pero no fue así, y estaba compartiendo la habitación con otra muchacha y ella sí tenía a su bebé que nació incluso después que Fernanda. Me dolía esa situación y porque siempre que pasaba una enfermera le pregunta por mi bebé, y me decían que me la iban a llevar y no fue así, y así pasó un día entero y no vi a mi hija.
Al día siguiente, en la tarde, fue que me la llevaron pero solo para darle de lactar 15 minutos, junto a la enfermera, y se la llevó... ella en ese momento me dijo que no podían dejarla conmigo porque yo estaba enferma.
Yo no podía hacer nada porque además estaba sola.
Tuve que aceptar con pena, que así sea. Y cada 3 horas me la llevaban igual, 15 minutos y con una enfermera.
Por fin, llegó el gran día que me fui, y en ese momento sí me la entregaron! un poco con miedo me la dieron, pero ahí sí pudo también ingresar y recogerme una encargada del albergue, y con mi Fernandita en brazos, amándola más que nunca, me fui.
Desde ese día me prometí a mí misma nunca separarme de ella.
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