Borderline


Recuerdo que yo llevaba años con una fuerte depresión y no tenía oportunidad de tratarme .
Tenía reacciones fuertes, sentimientos a flor de piel, casi nada podía durar en mi vida, y antes de casarme, mis relaciones duraban poco. Y si muchas veces traté de desaparecer de este mundo. Y aún así traté de ser una buena esposa y mamá. Fallé, mi mente me jugaba en contra y cuando pude tratarme, la psiquiatra me diagnóstico borderline (tlp) con depresión fuerte, algo así, y eso explicaba absolutamente todo. Me recetó sertralina y me recomendó salir de dónde estaba. Eso hice y empecé a vivir sola. Fue duro pero sabía que era lo mejor, o por lo menos eso creía.

Yo me sentía rara con la pastilla y se complicaba más por mi condición. Se lo dije a mi doctora pero decía que era normal y debía seguir tomándola.
Lo bueno era que me hacían sentir muy feliz, reírme, no pensar en nada malo pero me hacían temblar mucho, me daban sueño y se me fue el hambre.
Mi papi me vio, porque él era  mi vecino en ese entonces así que lo veía siempre, y notaba todo, y por eso dijo que no era aceptable. Así que me llevó a una psiquiatra de familia y que incluso había tratado a mi mami y hermana, o sea conocía sobre mi condición y así es que fui dónde ella, una nueva psiquiatra. Me observó y de inmediato me cambió la medicación, me dijo que no era normal que yo esté temblando y que hay que tener cuidado con la medicación que se toma cuando se tiene esta condición. Esta psiquiatra sí que sabía.
Me dijo también que generalmente esa pastilla causa temblores en algunas personas y no es que sea mala simplemente que no es para mí (otros la toman y les va super), y por eso los doctores deben ver y evaluar bien la medicación que tomas para ver si te cae bien o no, y que los temblores iban a desaparecer recién en un año, y así fue.

Tomar esas pastillas más todo lo que hice en ese entonces:  leer bastante, hacer ejercicios, llevar una alimentación saludable, rodearme de gente positiva, y básicamente, tener una buena calidad de vida, hizo que poco a poco desaparezca el borderline y la depresión. Y la cereza del pastel ha sido y es mi amado Dios, quién siempre ha estado a mi lado. Llevo casi dos años sin tomar pastillas y me siento increíble. 


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