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Mi ángel

Llevo unas cuantas horas sentada en este mismo lugar, con mi laptop en frente, un café, un cigarrito y el Microsoft Word abierto para empezar a escribir un post. Ya iba por la mitad, y en un momento me quedé en blanco, así que decidí descansar un poco. Me llamó el gordo, y nos pusimos a conversar. Le conté que estaba escribiendo un post y que me había bloqueado, no podía encontrar una palabra adecuada para la oración. Empezamos a probar distintos términos, y no había ninguno que aluda a lo que yo quería, así que cambiamos de tema y dejé el post a un lado para continuarlo más tarde.


Dejamos de hablar por un momento y yo aproveché para revisar mis correos. Había recibido uno de un destinatario desconocido, lo abrí.
Lo leí hasta el final, con lágrimas en los ojos, pero lo leí. Era de una chica, compañera de trabajo de Daniel. Una chica de la cual yo sabía, pero que según él, ni si quiera era su amiga y siempre la trataba de bruja, loca, etc.
Durante el tiempo que estuvimos, ella le mandó dos correos, cada correo respondía a algo, es decir: “yo también”, “para ti también”; cosas así.
Según Daniel, él nunca le había escrito nada y le iba a decir a su jefe para que la sancione por hacer esas tonterías. Yo le creí.

Con lo que leí hoy, me di cuenta que fui una tonta, una ciega y que perdí mi tiempo. Me enteré que ellos ya se conocían desde hace tiempo y no solo eso, si no que sí habían tenido algo más que una amistad. Pero eso no es todo, ella misma decía que él era un mentiroso, que ocultaba todo, y que engañaba a todos., especialmente a mí en esos casi ocho meses que estuvimos juntos.

Me puse a pensar, y me dije a mi misma – tal vez esa chica me quiere fregar, pero, no tendría por qué hacerlo si yo ya no tengo ni si quiera la más mínima comunicación con él -.
También recordé las veces que él se molestaba cuando quería tomar su celular y no me lo daba, o las veces que yo iba a su trabajo y no quería que pase por la parte en donde estaban todas las secretarias.
Todo ya estaba claro para mí, todo tenía sentido, y finalmente había una conclusión. Fui engañada.

No pude contener el llanto; todo lo que hice por él, las personas a las que me enfrenté, las falsas alegrías que tuve, todo, absolutamente todo fue en vano. Uno nunca debe arrepentirse de las cosas que hace, pero esta vez sí me arrepiento. Me arrepiento de haberlo conocido, me arrepiento de haber luchado tanto, me arrepiento de haber confiado ciegamente en él, me arrepiento de haber dado todo de mí, me arrepiento de todo lo que tenga que ver con él.

En pleno llanto, me llamó el gordo, intenté disimularlo, pero no pude, ya me conoce lo suficiente como para saber que algo no está bien. Me preguntó qué pasaba, no quise responder, no me parecía justo decirle que me había molestado algo que tenía que ver con alguien del pasado. No tenía nada de malo, pero aun así no quería decírselo.
- Pero si él es tu mejor amigo y tu novio, siempre te va a escuchar y seguro te va entender- pensé, así que se lo dije. Le conté lo que había leído y por qué me sentía mal. Me escuchó atentamente, me dijo cosas muy lindas y me entendió. Pude desahogarme y al mismo tiempo sentirme amada.
Dios me ama, me puso un ángel a mi lado, me puso al gordo. Sé que puedo contar con él para lo que sea, sé que siempre me sacará una sonrisa del rostro cuando más lo necesite y no dejará que alguien o algo me haga daño.

Sé que esa persona no merece ni que la mencione aquí, pero es bueno que se sepa que fue mi ángel quien me salvó de algo que quien sabe cuándo iba acabar.

Me engañaron, y recién me enteré hoy. Pero que importa, porque ahora sonrío de verdad.

2 comentarios:

  1. A mi me paso algo muy parecido, pero siempre hay alguien que te da la mano cuando tu sientes que estas cayendo.

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  2. escribes demasiado bien, SOY TU FAN!

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