Cuando algo se termina, es un capítulo que se cierra, y para
mí, cada capítulo, es como un cuento; dividido en inicio (introducción), desarrollo
(nudo) y final (desenlace). Mi libro, aquel que escribo imaginariamente
conforme voy creciendo, a pesar de ser de corta extensión, ha tenido muchos
capítulos. Hace poco cerré uno, posiblemente, un poco antes de cumplir veinte.
Qué mejor que empezar uno nuevo justo en ese momento.
Con el capítulo pasado, se fueron muchos momentos, muchas cosas, y también personas. Ahora todo queda en el recuerdo.
Algunas cosas las dejé atrás para empezar otras mejores. Y las personas que se quedaron atrás, están ahí, en el pasado, porque así lo escribí yo, y así lo escribieron ellas. Sus capítulos, no coincidían con los míos; sus inicios eran interesantes, pero luego iban en picada. Sus desarrollos (nudo), no estaban bien redactados, y de alguna forma, trataban de cambiar el mío. Es por eso que cada uno escribía su final como mejor le parecía, y por momentos, les entraba la nostalgia de no haberlo hecho bien, y trataban de borrar todo lo que ya habían escrito desde el inicio para poder reescribir el capítulo, pero lo que no sabían era que, lo que yo había escrito, ya tenía un punto al final.
Al igual que el anterior, este nuevo capítulo, ha empezado
bien; muy bien. Pero, la diferencia es que, este, lo estoy escribiendo con
calma. Trato de pensar mejor lo que va a ir en él para que, el desarrollo, siga
siendo igual de bueno, y hasta mejor.
Por ahora, no pienso en el final, es muy pronto para hacerlo. Además, algo(típicas corazonadas o “presentimientos”) me dice que, este capítulo, se cerrará con un final dulce, el cual dará paso a otro que traerá cosas mucho mejores y, si lo sé hacer bien, y los demás también, los personajes que este contenga, se mantendrán en los que vengan después.
Por ahora, no pienso en el final, es muy pronto para hacerlo. Además, algo(típicas corazonadas o “presentimientos”) me dice que, este capítulo, se cerrará con un final dulce, el cual dará paso a otro que traerá cosas mucho mejores y, si lo sé hacer bien, y los demás también, los personajes que este contenga, se mantendrán en los que vengan después.
Tengo ideas tentadoras para este nuevo comienzo. Y aunque ya
lo empecé a escribir hace un par de meses atrás, todavía se mantiene en el
inicio. Es por eso que tengo muchas ganas de seguir escribiendo esta larga
introducción. Sí, puede que sea algo extensa, pero créanme, es muy pasmosa, y
vale la pena.
Tan solo pensar en el nudo de este capítulo, o como dije al
principio, un capítulo que asemejo a un cuento, me causa inquietud y emoción,
todo a la vez.
Cuando retrocedo a páginas anteriores, me fijo en las primeras líneas que escribí cuando recién empezaba esta nueva historia. Están tan bien hechas, que me reúso a flaquear en algún momento. No me lo perdonaría, no esta vez.
Cuando retrocedo a páginas anteriores, me fijo en las primeras líneas que escribí cuando recién empezaba esta nueva historia. Están tan bien hechas, que me reúso a flaquear en algún momento. No me lo perdonaría, no esta vez.
Todos somos autores de un libro; nuestro propio libro. Y hay
que tratar de escribirlo de la mejor manera, pero para nosotros mismos, porque
nunca nadie lo leerá por completo, únicamente tú. Solo habrá personas que se
sepan unos capítulos, porque claro, de repente estén en ellos. Pero jamás hay
que dejar que escriban por nosotros. Es más bonito cuando cada uno escribe los
suyos, sus propios capítulos, porque así, podrías juntarlos con los de otras
personas, y de esta forma, juntos, hacer uno nuevo.
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