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¿Chic@ ideal?


¿Cuántas veces nos hemos puesto a pensar acerca de nuestro chico(a) ideal? Seguramente muchas. Y ¿Cuántas veces le hemos hecho caso a ese prototipo que nosotros mismos creamos mentalmente? Posiblemente, muy pocas.


Esto sucede por varias razones. Una de ellas es que, probablemente, encuentras a una persona que supera aquello que para ti era importante. Por ejemplo; si tú pensabas que tu chico(a) ideal tenía que ser más serio que divertido, y la persona que te gusta actualmente es más divertida que seria, y te das cuenta que con eso te sientes más cómoda, pues, tu ideal cambia; obviamente para bien, porque tú te sientes mejor.


Otra razón puede ser debido a que, esa persona, reúne todas las cualidades que tú esperabas, a excepción de una. Y como para ti eso no es tan relevante, lo pasas por alto. Sin embargo, algunos podemos ser no tan tolerantes como otros (no necesariamente me estoy contando) y trataremos de hacer que ese “algo” que falta, surja.
Una razón más, y para nada positiva, es cuando ya ha pasado un tiempo desde que estás con tu chico(a), y él/ella ha cambiado, para mal, con respecto a cómo era cuando lo conociste, y dado a que tú estás súper embobad@ y en algunos casos, obsesionad@, dices el típico “no importa, va a cambiar”. Y claro, esto ya lo vienes repitiendo infinidades de veces. Ahí él/la únic@ que se engaña, es uno mismo. Tu ideal de “chic@ ideal” se fue a la basura.
Existen otras razones más, pero las más comunes son las que ya mencioné.
En realidad, todo varía según cada persona, no todos pensaremos igual. Y así como varían los motivos, también varían los ideales.
Algunas personas pueden ser más simples o de repente algo volubles. Otros, si tienen todo más determinado y establecido.
Imaginemos que estamos en una página para conocer gente, y nos dan una serie de preguntas que debemos contestar acerca de cómo queremos que sea la persona que buscamos.
Tenemos las opciones de género, país, ciudad, edad, estado civil, grado de instrucción, estatura, peso, apariencia física, virtudes, defectos, hobbies, etc.
Algunos seguro dejarán en blanco aquellas preguntas que les de igual, y otros llenarán todo, inclusive la cantidad de hermanos, si es posible.
Y ahora que me pongo a pensar, yo no sabría que llenar. Preferiría que me den un espacio en blanco para escribir, con mis propias palabras, algo relativamente simple.
-  ¿Qué está buscando?
  “Un chico lindo, por fuera y por dentro. Divertido, sincero, que sepa escuchar y sea todo un caballero. Con eso basta y sobra.”
¡Not!
A quién vamos a mentir, eso lo pondría todo el mundo, y seguramente ya lo hacen, pero lo más gracioso es que no siempre es lo que pensamos.
Por qué mejor no escribir algo más específico para después no lamentarnos de lo que tenemos al frente.
“Quiero un hombre simpático, pero me refiero a cómo se ve, es decir, que sea todo un papasito. Que sea tan pero tan guapo que hasta mis amigas babeen por él. Tiene que ser más alto que yo y con un buen cuerpo. No necesariamente flaco, algo de pancita estaría bien; más sexy. Que sea súper cariñoso y detallista y esté pendiente de mí a cada instante. Tal vez no a cada instante pero que me llame con regularidad para preguntarme cómo estoy. Que sea divertido y que sepa cuándo estar serio. Todo un caballero está de más decirlo. Que no mienta; honestidad ante todo. Que sea un poco celoso. Inteligente, obviamente; así tendría mucho que admirar en él. Empático, amigable, atento, original, soñador, comedido, culto, dadivoso, extrovertido, fiel, humilde, leal, observador, mesurado, osado, optimista, romántico, sagaz, veraz, respetuoso, responsable, prudente y, que me quiera mucho. Nada más. “
No…no es una buena idea. De ser así, jamás encontraríamos a alguien. O quizás sí, pero sería muy raro hacerlo.

Yo creo que cada uno de nosotros sabe lo que desea en su chic@. Pero nunca es bueno esperar tanto de alguien. Y en realidad, jamás deberías esperar algo; sin embargo, si lo haces, debes esperar ser feliz y sentirte a gusto con él/ella. Bien dicen que: “Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías por esperar la gran felicidad”, y es verdad. Podemos acomodarlo a este contexto e interpretarlo de la siguiente manera: Si esperas que una persona sea tal y como tú quieres que sea, es decir, con exactamente las 163675 virtudes y solo 1 defecto, vamos a pasar por encima a las personas que de repente tienen menos virtudes, y seguramente unos cuantos defectos más; personas que pueden darnos varios momentos de alegría y, posiblemente, sean esas personas, el inicio de nuestra gran felicidad.

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