Monjas locas

Hace una semana estaba en un taxi yendo a casa. El semáforo se puso en rojo, yo como siempre, súper observadora, miro por las ventanas del coche. Miré a la izquierda, nada interesante, solo otros vehículos. Miré a la derecha y cuando creí ver más vehículos, pude notar algo muy gracioso, según yo. Era un bus blanco, solo un poco más grande que un coche normal, y dentro de él habían dos monjas riéndose y moviéndose alocadamente (supongo que habrá sido una especie de baile). No pude dejar de mirarlas, y tampoco el taxista, era una escena muy divertida, primero porque nunca había visto una monja al volante, y segundo porque estaban riéndose y moviendo los brazos como si fueran a salir volando de su asiento. Más divertido fue cuando el semáforo se puso en verde, todos los coches avanzaron, menos ese, parece que la monja recién estaba aprendiendo a manejar porque se pegaba al volante casi abrazándolo y estaba acelerando y frenando, acelerando y frenando, todo poquito a poquito, y eso hizo que muchos empiecen a tocar el claxon, pero a pesar de eso, ellas siguieron en lo suyo.

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